miércoles, 23 de octubre de 2013

Como evitar esta acción

Tuve mi primer smartphone el año pasado. Hasta entonces, un Nokia 1110me servía para eso que fueron creados los teléfonos celulares: hablar en cualquier lugar sin tener que depender de un cable telefónico. ¿Por qué necesitaría un aparato que me costaría buena parte de mi sueldo y que haría más o menos lo mismo? No lo necesitaba. Al menos no como aquellos amigos que usaban sus teléfonos como cámara de fotos y retrataban con compulsión comidas, reuniones y viajes que eran compartidos inmediatamente en las redes sociales. O como esos que desviaban su mirada de la mía cuando, en un café o reunidos en una sala cualquiera, les contaba algún drama sentimental y/o familiar mientras ellos actualizaban su ‘face’. Acéptalo. Te estaban haciendo ‘phubbing’, chochera.


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